Acerca de mí
Le dije a ChatGPT que me entrevistara como en un talkshow.
Conversaciones de fondo
Episodio 12: “Escribo para no morir”
HOST: Buenas noches. Nuestro invitado de hoy escribe cuentos. No para ganar premios, ni para hacerse viral. Escribe porque sí. Porque no puede no hacerlo. Con ustedes, Edgardo Sibajaraya.
HOST: ¿Cuál fue la primera vez que se sintió escritor —aunque nadie lo llamara así?
EDGARDO (sonriendo): De hecho, había personas que sí me llamaban así y cuando lo decían me incomodaba, era raro, como "bueno publiqué un libro, pero ahora cualquiera publica un libro..." como si tuviera que graduarme de escritor o estar colegiado. Cuando publiqué mi tercer libro "Una Mentira Elaborada" le puse mucha atención a cada detalle del libro en sí, la estructura, el orden de los cuentos, los títulos, las historias… es un libro con mucho amor. Y cuando me vi dándole tanto amor a ese ser, me di cuenta de que de verdad soy un escritor. Esa fue mi graduación.
HOST: ¿Qué es lo que más le cuesta contar cuando escribe? No hablo de técnica. Me refiero a lo que le duele. A lo que le hace postergar el cuento, dejarlo para después, hacerse el tonto. ¿Qué historia lleva años queriendo escribir y aún no se atreve del todo?
EDGARDO: Novela, en general el género. He empezado cerca de cinco novelas y hasta la fecha no he logrado terminar ninguna. Es un pendiente que me tengo. El cuento corto me sale natural. En una sentada, inspirado, puedo escribir un cuento de página y media que me ponga los pelos de gallina al leer el primer borrador. Pero una novela, Lápiz, es una vara que empiezo y avanzo unos capítulos y cuando me doy cuenta estoy metido en un montón de problemas y tramas de los que no sé cómo salir. Y me bloqueo. Bloqueos larguísimos porque da mucha pereza luego retomar las ideas… es muy complicado. Pero sé que algún día terminaré alguna.
HOST: ¿Cuál ha sido el cuento que más le ha costado escribir? No el más largo, sino el más denso. Aquel que le dolió terminar o que sintió como una especie de exorcismo.
EDGARDO: Creo que fue Lúcido mi segundo libro, lo más cercano a una novela que tengo, dicho sea de paso. Pero es un cuento largo, que nació en una época un poco complicada —muy poco, pero sí—, y fue un cuento que lo escribí muy rápido. Fue como un vómito, capítulo tras capítulo. Rápidamente lo "corregí", lo maqueté, lo imprimí y lo encuaderné. Según yo iba a hacer un montón. Creo que no hice más de diez. Creo que ni yo tengo un ejemplar de esos.
HOST: Usted escribe desde la sinceridad, naturalismo puro, a veces hasta grosero. Pero ¿qué lugar ocupa el humor en su escritura? ¿Se permite reírse de usted mismo? ¿De sus personajes? ¿Del mundo? ¿O hay temas con los que prefiere no meter el colmillo sarcástico?
EDGARDO: El humor en mis cuentos y generalmente en mis textos no queda a simple vista. Un gesto, una frase, un fanzine que juegue con estructuras de guión y cuento al mismo tiempo, dejar una página en blanco intencionalmente, no puntuar, qué sé yo. El humor lo veo como algo más de permitirse jugar con el lector, que si descubre algún detalle lo recuerde y lo haga suyo, sin importar saber si fue intencional o no. Me encanta romper la cuarta pared de muchas formas, desde mi sitio web, mis libros, mis publicaciones, donde se pueda.
HOST: Una última cosa: imagínese que alguien entra por primera vez a su sitio web y se detiene justo en este “Acerca de mí” donde estamos ahora. ¿Qué le gustaría que sintiera? No lo que piense. Lo que sienta.
EDGARDO: Me gustaría que haya sonreído, que haya despertado su curiosidad por ir a leer un cuento o un texto más, que se anime a comentar, a explorar el sitio y sus detalles. Ojalá que leer esto haya sido un momento bonito en su día.
HOST: Gracias, Edgardo.
EDGARDO: Gracias, Host, y gracias a usted por leerme.