Mundo
Autor(a): Edgardo Sibajaraya
—Ya no hay sueños —me dijo con un dejo de desgano y depresión en su voz—. Ahora todo está controlado, ya todo está hecho. Un par de generaciones más y seremos robots viviendo para nada en específico; cada vez somos más máquinas horribles, que no les importa escuchar una buena canción o ver una pintura, a menos de que esté en un billete. ¿Usted se da cuenta de lo estúpido que es eso?, ¿se da cuenta de la basura en la que nos hemos convertido? Le di una calada más a mi cigarrillo mientras intentaba digerir la fuerte reflexión que había planteado aquel sabio obrero de cincuenta y tantos años. Asentí con la cabeza y dije lo peor que pude haber dicho: —Sí, pero ¿qué queda? —Exacto, esa mierda de pensamiento es la que nos destruye: ¿se está escuchando?, es conformismo tan vacío y escaso de razón. Ya nos da pereza pensar, entonces mejor terminamos aceptando todo lo que nos venden. Ya usted tiene el último celular donde saben dónde andaba ayer y seguro saben dónde estará mañana —se pasaba la mano peinando su pelo negro, teñido parcialmente de blanco—. ¿Cuál es el sentido de vivir? —No puede ser que uno pierda el sentido de vivir así de fácil. ¿Y la familia y las personas que lo aman a uno y uno ama? —le dije con la seguridad de que tenía un buen punto. —¿Usted vive para ellas o vive para usted? Y otra vez me desarmó con una pregunta que me haría pensar ese día, justo antes de dormir. No respondí nada y le di un trago más a mi whisky, y de repente no me interesó si era de 12 o 48 años de añejamiento. —¿No va a decir nada? —No tengo nada que decir. —No sea pobre, le estoy moviendo su forma de ver el mundo de mierda en que vivimos y no tiene nada que decir. —¿Qué quiere que le diga? —Cuestione, ¿o qué, todo lo que dije es verdad? —Álvaro, ¿qué putas quiere que haga? Está bien, seguramente hoy me va a costar dormir pensando en este mierdero, pero ¿qué?, ¿qué hago?, ¿renuncio y me muero de hambre?, ¿me voy a vivir a una montaña chingo? Don Álvaro es de esas personas que cree que ha vivido tanto, que ha sido tan libre y tan prisionero que cuando ve la vida de la persona promedio le da asco. Izquierdo a morir, frente arrugada porque en estos tiempos el noventa por ciento de las cosas le incomodan; voz grave, ropa sencilla, sonriente solo cuando es verdadero, nunca por compromiso. Directo, hijo de puta y odiado por muchos. Ya a nadie le gusta que le digan las cosas en la cara. —¿Dónde compró ese suéter? —Multiplaza. —¿Dónde en Multiplaza? —Zara. —¿Usted sabe quién hace esa ropa? —No. —Podría empezar por ahí, lea, investigue. —Estaba barata. —¡Me cago en la gran puta! Cómo no va a estar barata, güevón, si eso lo hacen carajillos a los que no les pagan ni mierda. —¿Quién dice? —¡Lea, busque, vea! —Mae, Álvaro… —Ni me diga ni mierda, ya me dio cólera. Habíamos llegado a un punto sin retorno. El silencio reinaba y yo quería romperlo, pero inteligentemente. —Mae, ¿y cómo vive usted? —Yo ya no vivo. —¿No es mejor ser un ignorante? Me ignoró. —Yo vivo recordando el pasado, el presente es una mierda. —¿Al final qué es lo que importa entonces? —Morir en paz. —Usted lo menos que tiene es paz, mae. Silencio. Al fin lograba imponer un punto. —Si cuando salga de acá, un hijueputa me mata, muero siendo el hombre más feliz. —E ignorante. —¿Y? —Prefiero compartir una sonrisa que contagie a otro, no una idea que los enferme. —Haga lo que quiera, enfermo. Álvaro era la única persona con la que hablaba de estos temas, el que me ayuda a conservar el equilibrio, que me vuelve a balancear cuando tiendo a irme a la derecha. Álvaro no es sabio, es un hijo de puta de los que saben leer, de los que dudan y desconfían, de los que no votan porque la democracia es una mentira igual o peor que la religión. Es un cabrón que puede bajonear a cualquiera en cualquier momento. Álvaro no es persona, es parte de mí.
Sobre este cuento
Título: Mundo.
Autor(a): Edgardo Sibajaraya.
Estilo(s): Realismo. *
Estilo narrativo: Primera persona. *
Personajes: . *
Ambiente: Lugar de encuentro, posiblemente un bar o una casa. *
Sinopsis: Una conversación filosófica entre un joven y un viejo comunista sobre la pérdida de sentido en la vida moderna. *
Tema principal: Desencanto y búsqueda de sentido. *
Punto de giro: El cuestionamiento de don Álvaro sobre la vida y la conformidad impacta profundamente al narrador. *
Mensaje o moraleja: La verdadera sabiduría proviene de cuestionar el status quo y buscar un sentido más allá de la conformidad social. *
Sentimientos: desgano frustración reflexión
* Información generada parcialmente con herramientas de inteligencia artificial.
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