¿Y mami?
Autor(a): Edgardo Sibajaraya
Cuando el tono de llamada me despertó, tardé muy poco en tomar conciencia de que se trataba de lo mismo de los últimos meses. Di media vuelta en la cama y tomé el teléfono. El reloj marcaba las 2:55 de la mañana. —¿Dónde? —Avenida 5, calle 20. —¿Viva? —Sí, hombre, dejá de preguntar eso. Me levanté, preparé algo rápido de comer, me puse un suéter, eché una cobija más del puño que tenía acumulado en el cuarto y salí en mi Tercel del 89. A esa hora el tráfico era ligero, en quince minutos estaba ahí. Dejé el carro en un parqueo cercano, caminé unos metros y me senté cerca de su cabeza. —Hola. Sus ojos se empaparon, como siempre que me veía. Le di la cobija y la comida. —¿Nos vamos hoy? Negó con la cabeza. —Bueno, ¿cómo ha estado todo? Me volvió a ver y me quitó la vista. —Duro —me dijo casi en un susurro. —¿Mucho? Afirmó con la cabeza mientras una lágrima le bajaba por la mejilla. Estuvimos en silencio durante varios minutos y al rato me preguntó: —¿Por qué sigue viniendo? La volví a ver, le sonreí de medio lado. —Porque un día usted me va a decir: "hoy nos vamos" y esa esperanza ahorita me da ganas de vivir, creo que es lo único que me da ganas de vivir. —¿Cómo va todo? —me preguntó. Una lágrima se me escapó de mi ojo izquierdo. —Duro. —¿Mucho? —Sí, el divorcio, los pleitos, el no dormir, mal comer, usted sabe. —Ya casi se viene a hacerme compañía, más bien. Sonreímos. —No, todavía no estoy tan hecho mierda. —¡Auch! —sonrió. Empezó a comer el pequeño sándwich que le había llevado. Se lo devoró en segundos y, de entre las cobijas sucias, sacó una botella de Fresca y se tomó un trago. —¿Es Fresca? Sonrió negando. —Es su culpa, no me trajo nada de tomar. Sonreímos. —¿Y mami? Ignoré su pregunta y ella se quedó en silencio. Recosté mi cabeza en la fría y sucia pared y ella recostó la suya en mi muslo. Le acaricié su pelo anaranjado hasta que cayera dormida, ahí en media acera. A eso de las cinco se despertó, se descobijó, se sacudió un poco y se levantó. Me ayudó a levantarme y me dio un fuerte abrazo. —Algún día nos iremos juntos, salúdeme a mami, por fa. —Cuídese mucho, idiota, la amo. Se fue caminando con su nueva cobija bajo el brazo y mientras esperaba el semáforo me volvió a ver y se despidió con la mano. Ese día, cuando llegué a la casa, mi exesposa tenía todo preparado para mi partida: mi ropa empacada en bolsas y unos papeles que firmar en una fina carpeta de cuero. —¡Por una hijueputa drogadicta echó todo a perder! No tenía cómo discutirle eso, además no quería discutir ya más. Firmé los papeles y me fui. No he vuelto a ver a mi hermana después de ese día. Todas las noches aún sueño que el teléfono suena y me despierto ilusionado. Duermo dos horas por noche, trabajo ocho, camino unas tres, el resto, escribo.
Sobre este cuento
Título: ¿Y mami?.
Autor(a): Edgardo Sibajaraya.
Estilo(s): Realismo. *
Estilo narrativo: Primera persona. *
Personajes: . *
Ambiente: Calles de la ciudad de noche, casa del protagonista. *
Sinopsis: Un hombre visita a su hermana drogadicta en la calle en medio de la noche, mientras enfrenta un divorcio y una vida llena de conflictos. *
Tema principal: Amor fraternal y esperanza. *
Punto de giro: La hermana pregunta por su madre, revelando el vínculo familiar roto y la difícil situación del protagonista. *
Mensaje o moraleja: La esperanza y el amor pueden persistir incluso en las circunstancias más duras y desgarradoras. *
Sentimientos: tristeza desesperanza amor
* Información generada parcialmente con herramientas de inteligencia artificial.
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