Reencuentro Tercero y Último
Autor(a): Edgardo Sibajaraya
Conversaban por mensajes como ya era costumbre. De repente, ella soltó una noticia que sabía que él odiaría, pero tenía que hacerlo. Con desánimo y una que otra lágrima, decidieron que sería su última salida juntos. Se quedaron de ver al frente del San Juan de Dios, a las ocho en punto. Ocho y cinco. Se puso un cigarro en la boca y, antes de encenderlo, una mano se lo arrebató, lo quebró y lo tiró al piso; era ella. —Hola. —La odio. —No hay tiempo. Se subieron a un taxi y empezaron. Ella se casaría la próxima semana y se dejarían de hablar para siempre; ese era el plan que había nacido hacía varios años. Habían acordado que, después de que alguno se casara, nunca jamás se volverían a hablar. El día había llegado. —¿Va a ir a mi boda? —le preguntó ella. —La respuesta a esa pregunta es la misma a la que usted me va a dar de esta otra: ¿va a coger conmigo hoy? —Vaya comprando traje, entonces. Le sonrió coquetamente y le guiñó el ojo. Nunca lograba descifrar esas sonrisas: ¿es sarcasmo?, ¿es una invitación?, ¿es nada más que estaba dejando salir lo hija de puta que es? Nunca lo sabía. Le devolvió una sonrisa confusa. —¿Y usted va a ir a la mía? —le preguntó él. —La respuesta a esa pregunta es la misma a la que usted me va a dar de esta otra: ¿de verdad alguien está tan mal de la cabeza para casarse con usted? Con el tiempo se había convertido en experta en ofender agradablemente, y le encantaba. —Obvio no, carepicha. Rieron. Caminaron por barrio La California, visitaron unos siete bares, se divirtieron como nunca. Tenían tanto de qué hablar, se llevaban tan bien. Él cayó en la cuenta de que la extrañaría como nunca antes había extrañado a alguien. Se sentaron en las gradas de la Estación al Atlántico. —¿Por qué se va a casar? —Ya llevamos mucho de novios, además ya es hora de ir sentando cabeza, yo quiero hijos y todo eso, y me va a agarrar tarde. —¡Qué mierda! —¿Qué? —La voy a extrañar un pichazo. —¿Ya está borracho? —No, es en serio. —Yo también, pero tenemos que avanzar. —Diay sí. La volvió a ver, moría de ganas de robarle un beso, estaba a punto de hacerlo pero ella lo hizo primero. Inmediatamente se arrepintió; pensamientos sobre su prometido, sus planes, su familia pasaron por su cabeza. —Perdón. Lo soltó; él aún tenía los ojos cerrados. —Perdón, perdón, perdón. —Tranquila. —Me voy a casar la próxima semana y lo acabo de besar, mae, no puedo estar tranquila. —No exagere, ni la lengua me dio —le sonrió. —Usted es un idiota, ¿sabe? —no pudo esconder una pequeña sonrisa. —Sí, por eso no me he casado. —Yo también lo voy a extrañar un montón. Se abrazaron. El silencio era a veces interrumpido por el llanto mudo. Sabían que no debían verse. —¿Quiere irse ya? —le preguntó él esperando un “no” como respuesta. —Jale por el último vino al Lobo Estepario y luego nos vamos. —Todavía quiere hacerlo más dramático. —¿Hay una forma mejor de terminar algo tan bonito? La volvió a ver y recordó todo en medio segundo. Se le hizo un nudo en la garganta y, en un intento fallido por atajar dos lágrimas, cerró los ojos; las lágrimas le recorrieron las mejillas hasta perderse en su pobre barba. —Vamos, mae, no quiero llorar más. Caminaron uno al lado del otro, rogando que el tiempo pasara más lento. Bajaron las gradas de la Plaza de la Democracia, recordando cuando se sentaban a hablar una tarde entera. Se sentaron al fondo del primer piso. Ella pidió dos copas de vino y una tiza, brindaron por el mejor final que hubieran podido tener. Se mintieron. —Dedíqueme algo, escribidor, para no olvidarlo —le ofreció la tiza. Él se levantó; su altura le permitía llegar fácilmente al cielorraso. “Hágame el favor, lector, levante su copa y brinde porque estas paredes son testigo del fin de la aventura con el final más hijueputa del mundo. ¡Salud!” Cuando él terminó de escribir, ella ya se había ido. Sonrió para él y se sentó a terminar su copa. Aún hoy, cuando visitan, por separado, el bar, prefieren el segundo piso.
Sobre este cuento
Título: Reencuentro Tercero y Último.
Autor(a): Edgardo Sibajaraya.
Estilo(s): Realismo. *
Estilo narrativo: Tercera persona. *
Personajes: . *
Ambiente: San Juan de Dios, barrio La California, Estación al Atlántico, Plaza de la Democracia, Lobo Estepario. *
Sinopsis: Dos personas se despiden en su última noche juntos antes de que ella se case. *
Tema principal: Despedida y aceptación. *
Punto de giro: Ella besa a él y se arrepiente, reafirmando que se casará la próxima semana. *
Mensaje o moraleja: La vida avanza y, aunque las despedidas sean dolorosas, a veces son necesarias para seguir adelante. *
Sentimientos: nostalgia tristeza resignación
* Información generada parcialmente con herramientas de inteligencia artificial.
Este cuento pertenece a una serie
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